Santo Domingo.- Se cumplen hoy 48 años del asesinato del periodista Orlando Martínez Howley, ocurrida el 17 de marzo de 1975, en las proximidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD.
De la comisión del hecho, solo dos se encuentran vivos, cumpliendo penas de 30 años de cárcel. Se trata de Mariano Cabrera Durán y Alfredo Lluberes Ricart (Lluberito).
El último en morir en noviembre del año pasado fue el principal acusado del caso, mayor general Salvador Lluberes Montás.
Al conmemorarse un nuevo año de su muerte, el Movimiento Caamañista (MC) declaró que a favor de Orlando valen todos los homenajes en honor a su eterna rebeldía.
Dijo que los tiempos presentes son para seres humanos de su estirpe, dado a que el país se encuentra bajo una crisis ambiental, amenaza de privatización del agua, depredación sin límites y azote mortal del triángulo minero Falcondo, Barrick y Cerro Maimón en el centro de la isla, Gold Quest y Belfond en el sur, y Uni-Gold y Barrick en el noroeste.
Además de Cabrera Durán, Lluberes Ricart y Lluberes Montás, de su muerte fueron acusados el fenecido general Joaquín Antonio Pou Castro, Luis Emilio de la Rosa Beras y el también fallecido general Isidoro González.
Martínez fue director ejecutivo de la Revista Ahora, columnista del periódico El Nacional y miembro del Partido Comunista Dominicano (PCD).
Fue asesinado 21 días después de que escribiera una columna, titulada “Por qué no, doctor Balaguer”, el 25 de febrero de 1975, en la que lo invitaba al mandatario junto a sus allegados del Gobierno a «irse hacia la luna». Se le señala a este escrito como uno de los detonantes de su asesinato.
“Señor Presidente de la República, ya que usted impide que un artista del prestigio y la calidad moral de Silvano Lora viva en su Patria, ya que dejar en el extranjero a dominicanos le produce placer o ganancias politiqueras, me voy a permitir hacerles algunas recomendaciones”, dice el primer texto de la columna.
“Espero que sobre todo medite la última. Como Usted ha dicho que en este gobierno, y parece ser cierto, la corrupción sólo se detiene en la puerta de su oficina. ¿Por qué no saca de la República Dominicana a todos esos corruptos?”, añade.