Por: Deyanira Abreu.-
Después que la mujer sufriera tantos atropellos a mano de una influencia cultural mundialmente machista; parecía que para el 1893 en New Zelandia se comenzaban a dar pasos agigantados por ser el primer país en permitir el voto femenino.
No fue hasta un 8 de Marzo de 1975 cuando las Naciones Unidas adoptó de manera fija celebrar El día Internacional de la Mujer, reconociendo su importancia dentro de la sociedad.
Se pudiera decir que en cierto modo al patriarcado no le estaba quedando más que reconocer una igualdad de derechos dentro de la sociedad para aquellas que solo estaban confinadas a las tareas de la casa, la procreación y al sometimiento de obediencia por parte del marido.
Aquella acción de ser reconocidas ahora las conectaba en una fuerza que también permisivamente las arrojaban hacia una perspectiva de cambios en el futuro cual ahora se transfiere hacía un hambre voraz en una guerra sexista que las ha estado obnubilando dentro de las ínfulas que otorga el poder en una absurda sed de venganza.
A lo mejor las Organizaciones Feministas, me tildarán de machista, pero por pura suerte no soy ni una cosa, ni la otra; pues no pretendo sacar ventaja en medio de tan absurda liberalidad de igualdad para delinquir bajo un enunciado que lo último cuál no tiene en muchos sentidos, es una base educativa en un mundo tan efusivo con un ship de odio en la cabeza.
Con este arrebato de tumbar al macho de un trono que ni siquiera es suyo, también hemos olvidado que hasta imitamos aún la rudeza del varón volviéndonos simplemente más hombre que mujer.
Quizás podamos dejar un margen de esperanza en medio de este miserable drama de jerarquías en un sin sentido absurdo.
Estoy a favor de una revolución mental donde hayan hombres y mujeres deseosos de ser un mejor ser humano con cada reflexión de vida; y dejen la pretenciosa idea de superioridad a la supremacía del Dios creador.
Ojalá y algunas mujeres atinadas; las mismas que han sido culpables de criar machos que no lloren, también empiecen a crear consciencia hacia la educación del respecto, la cual terminará por erradicar el odio de género.
Debemos ser un eco de equidad sin la necesidad de ir a la violencia para que la mujer tenga incluso el mismo derecho salarial que el hombre; ya que todavía muchas empresas discriminan aún tengas el mismo grado académico o superior.
Todavía queda mucho por recorrer, todavía necesitamos entrar en un estado de razón para borrar de nuestro chip el celebrar, cuando lo que necesitamos es construir sin el eslogan de luchas sexistas.
No creo en el feminismo adoptado por conveniencia; ese que a la hora en que suelen ser delicadas las que protestan, es cuando hay que ejercer un trabajo de fuerza ruda.
Debemos ser un himno que tiene su belleza cuando construye en lugar de destruir….!
Las guerras, el odio, la esclavitud; son prácticas humanas, nacidas desde una mentalidad anarquista nublada por el ego. Y es ese mismo ego es el que ha estado llenando tumbas de tantos feminicidios y crímenes atroces en todo el mundo .
Debemos dejar de castigarnos como quien debe de llevar eternamente una carga igual al Sisifo de la mitología griega; el cual describió Albert Camus en su libro que lleva por título el mismo nombre.
En este maravilloso libro el escritor y periodista Holandés nos habla sobre la condena que Sísifo tenia al ser castigo por los Dioses; la cual consistía en rodar una gran piedra sobre su espalda hasta una colina; y una vez este llegaba a la cima, la piedra caía; por lo que su castigo era repetir lo mismo una y otra vez; como una condena cual nunca acabaría.
De manera que la mujer debería trabajar en el legado de superar los atropellos de antaño sin la morbosa idea de salir airosas por haber superado al macho.
Estamos tan entretenidos con ese juego de poder tanto unos como otros que hasta resulta aterrador, es como si fuera de allí todo sería visceralmente aburrido.
Ojalá y el Día de la Mujer vaya más allá de ser un acto sutil cual lleva consigo la furia de un huracán milenario, ojalá y a través, y por medio de haber dado vuelta a la página de la historia haya sido para entender que después de ser hombre y mujer somos humanos; lo último que al final después de todo olvidamos ser y celebrar.-
Bendiciones ….!