Las fallas tecnológicas reveladas por la Junta Central Electoral (JCE) despertaron los fantasmas que atormentaron al país hace cuatro años, cuando se suspendieron las elecciones municipales en febrero del año 2020.

Aunque se tratan de dos sistemas diferentes, ya que hace cuatro años se intentó implementar el voto automatizado, en la conciencia de los partidos políticos y la población reside aún el temor de confiar plenamente en el uso de la tecnología.

El inicio de este miedo inició cuando se reveló que el Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL) detectó deficiencias y vulnerabilidades en los dispositivos de escaneo, digitación, impresión y transmisión de datos

(EDET), que utilizará la Junta Central Electoral (JCE) en las elecciones del 18 de febrero próximo.